miércoles, 16 de diciembre de 2009

El otro Lado del Espejo...



En un mundo donde solo yo conozco el dialecto y la forma de vida no es mucho lo que se puede cambiar aunque el deseo sea fuerte y es que es como tratar de cambiar la cultura de un pueblo milenario, la verdad me puedo centrar mejor en tratar de encontrar una razón para un cambio, la verdad es que lo que en verdad busco son armas en contra de lo que quiero erradicar, aprender a vivir con ello y quien sabe cuando poder hacer uso de ello. No tengo nada que esconder excepto lo que vive del otro lado del espejo cuando puedo mirarme, aquello que cotidianamente pasaría por irreal e intangible, todo lo que se esconde al espectro de luz es lo que quizás pueda ser mi eterno némesis y es tan poderoso que nunca deja lugar a alguna posible tregua, tanto es así que que creo llegar a un punto en donde podré rendirme y ser víctima de sus discursos provenientes de pensamientos básicos y faltos de un factor que yo llamo subjetividad visionaria, es tanto lo que puede lograr y me pregunto si algún día podrá derrotarme.

Hace unos días atrás lidiando conmigo mismo tuve algunos problemas con mi conexión al mundo exterior, por ello tuve que acudir a arreglar con algunos movimientos el cableado de internet el cual está frente a mi ventana y cuando en ello estaba de pronto miré hacia fuera y reinaba una tranquilidad única, cierto es también que el calor que en mi cuarto hacía era sofocante y quedarme inmóvil ante mi ventana me traía una frescura inusual, como la sensación de estar siendo limpiado por dentro, como si una suave brisa de verano se estuviera llevando gran parte de lo que vive al otro lado del espejo. Miré el oscuro cielo y apenas por efecto de la ciudad pude ver un par de tímidas estrellas haciendo un gran esfuerzo por brillar y aunque suene como una locura pensaba en cuantos secretos ellas sabían acerca de mi y que probablemente serían las que mejor me conocen y es extraño el hecho de pensar en que nadie más podría anticiparse a tu movimiento más que ellas, es decir, ¿Quien nunca ha tenido el extraño deseo de contarle algo a las estrellas? Creo que si soy el único que lo ha hecho podría sentirme tan solo como ellas también podrían sentirse.

No!, ahora no pienso dejar que el más mínimo rastro de pesimismo logré determinar mis acciones, iré como lo planee desde un principio, podría dejar un par de cosas a mi azar, pero no me bastará nada más que unos segundos de batalla interna para advertir que lo que hago está fuera de lugar y que sentado bajo el calor de la ciudad en el lugar incorrecto es lo que no debería estar pasando. Creo vivir segundos de decisiones simples pero determinantes y creo en que cada una de ellas será acertada, no espero a ver los resultados ya que la verdad no me interesan por el momento, ahora solo quiero irme a dormir diciendo "Lo hice y ahora qué..."

Ganador de mil batallas y sintiendo que cada vez mi enemigo se vuelve más grande, pero se que al final del día me esperará algo más que la indeseable pero innegable soledad y cualquier señal abierta que pueda caer en mi será recibida e interpretada, pero a mi manera...