jueves, 30 de agosto de 2012

Otro Día Más.



Sucede que a ratos el cielo se torna en el atractivo del día, que el césped tiene una textura distinta y que lo negro se vuelve gris. Miras a tu alrededor y ves otras cosas, te sientes con otro filtro mental, manejas los matices de distinta forma, creas un show de malabares con los sentidos y por primera vez en el día pones atención, pones real atención. Todo se combina y se separa constantemente, como si de una coreografía compleja se tratara, pero logras ver, logras ver en realidad, logras percibir la carga del ambiente, lo pesado que puede ser un gramo de polvo y como el duro concreto aplasta tus ideas. Te vuelves paranoíco de lo trivial, huyes de lo tradicional, comienzas a ver verdaderas máquinas a tu alrededor y cierras los ojos...

- Hola... ¿hay alguien ahí?...
- (Eco de una voz sin nombre...)
- Hola... ¿estás bien?
- ¿Me hablas a mi?
- Porsupuesto! parece que te dormiste en el viaje.
- Bueno... algo así (me dormí de la vida).
- ¿Te has pasado tu parada?
- ¿Y como puedes afirmar eso?
- Bueno... adivino.
- ¿Dónde estamos?
- Metro... esperame deja ver... ah! Bustamante.
- Chucha... si me pasé. Gracias por avisarme.
- ¿Pero estás muy lejos de tu metro?
- Y otra vez... ¿Adivinas?
- (Una sonrisa se dibujó en su rostro al tiempo que sus mejillas se encendieron)
- Creo que no me reconoces...
- ¿Debería hacerlo?
- Si miraras con atención lo harías.

Torbellino de recuerdos se agolpan en un cuello de botella mental creado por la tensión del momento, extraño momento, momento con sabor dulce y un dejo de ansiedad.

- Perdón, pero creo que no nos conocemos.
- No oficialmente, pero si de vista.
- ¿Cómo es eso?
- Verás, nos vemos siempre en este tren, no se como puede pasar eso. Siempre en el mismo vagón, en el mismo ángulo y bueno, por lo que veo, sólo te veo, no nos vemos mutuamente.
- ¿En serio? Seré muy volado creo yo.
- Yo diría que bastante.
- (Por fin sonrío y la miro poniendo real atención).
- Bueno, creo que para agradecerte el hecho de que me hayas despertado puedo invitarte a tomar algo... ¿quieres?
- Me lo debes! y si, si quiero.

Desconexión y conexión al mismo tiempo. Un movimiento rápido de ida y vuelta y de un momento a otro tu día puede volverse un pasaje de historia guardado en la mente de un visionario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nadie sabe como funcionan las ''casualidades'' de la vida. Buen blog, de hace momentos que lo vengo siguiendo. Sigue así, saludos de otro caminante como tú.